viernes, 6 de agosto de 2010

Ana Angustia

Aja!... Aquí estamos…
Nauseas pronunciadas; asco a los olores de ciertas comidas; Salivación excesiva y una especie de “amarguito” en la boca, además de la ausencia del periodo. No cabría ninguna duda, pero debo esperar hasta realizarme los exámenes. El dilema se presenta mientras espero el día oportuno para asegurar que los resultados del examen sean certeros. Existe la duda técnica pero la tradición y, sobre todo, la experiencia resultan significativas en estos casos. La dilación en ir a un laboratorio o a una farmacia y comprar, aunque sea, una prueba casera no es sino la señal de que, con mucho agrado, recibiremos a nuestro próximo bebe. De hecho, en el fondo de mi corazón, lo deseaba. Sin embargo, no deja uno de preocuparse y creo que me estoy regodeando en la angustia y en la incertidumbre (técnica, repito). Mi esposo dice, estoy segura que lo cree, que puede ser un embarazo psicológico. Por allá en mi subconsciente, a pesar de mi deseo de ser madre nuevamente, pienso que no era este el momento para embarazarme otra vez. Que por qué no me cuide?, Pues eso es lo extraño; mi esposo y yo desde que iniciamos nuestra relación de pareja, hace casi 15 años, nos hemos cuidado con el método del ritmo. Y, en esta ocasión, no nos dan las cuentas.

Tengo tres días sin consumir carnes rojas, ni pastas, ni arroz, pues no tolero ni su imagen. No me provocan los lácteos ni el café (normalmente soy tomadora compulsiva de café). Algunos me preguntarían: Si tu deseabas volver a ser mama, cuál es tu real preocupación?. Pues les comento, mi último embarazo fue de alto riesgo porque ya tenía 36 años, y a pesar de que no era una “primeriza añoza” como suelen llamar a las mujeres que se embarazan por primera vez después de los 35, si había una distancia de 19 años entre mi primera vez y ese segundo embarazo. Hoy, ya han pasado tres años y algo desde que mi hermoso bebe nació; no conforme, luego del nacimiento, entre mi reincorporación al trabajo (muy duro para ese entonces) y algunos sucesos familiares, caí (sin darme cuenta) en un proceso diagnosticado como “depresión inhibida”, el cual siento que terminé de superar hace apenas unos 6 meses. Apenas hace unos poquitos meses también fue que empecé a sentir que mi cuerpo, y sus funciones, volvían a la normalidad.

Los sentimientos que me embargan en este momento son diametralmente contradictorios. El deseo y la posibilidad de darle un hermanito a mi bebe y los proyectos económicos que tengo en ejecución, pero en fase inicial, se contradicen puesto que estoy formando una pequeña empresa (por ahora) relacionada a comidas y eventos (ah! No les he dicho… hace unos quince días terminé mi preaviso en la institución en la que había trabajado los últimos años), así que con las nauseas y los ascos a la comida he estado paralizada esta semana…. Uff…. No me resultaría extraño que estas líneas sean interpretadas como una expresión de pesimismo. Pero es todo lo contrario, pretendo registrar todos mis sentimientos desde este momento y poder calibrar luego mi dinámica emocional a ver qué tan en control puedo llegar a estar en los acontecimientos de mi vida. Pudiera estar embarazada como a lo mejor no….. de no estarlo, igualmente utilizaría este espacio para compartir, con quien quiera leerlo, la evolución de mi proyecto.
La próxima vez que escriba ya debería saber hacia dónde me estoy dirigiendo… les contaré los resultados del examen… saluditos y gracias por entrar y acompañarme.